Con algunas incertidumbres, no lo niego, me acerco nuevamente a la marca americana, esta vez no para mejorar mi actual orejero (algún día espero tener un RS1i, otrora RS1) sino para experimentar con la nueva creación portátil de la marca: el Grado GR8.
Lo acabo de desempaquetar y ya le puedo poner 'peros'. Alguno, incluso, roza el esperpento. Pero me voy a contener por un tiempo para centrarme en lo que realmente importa, el sonido, que es su marca personalísima.
Toca rodaje. Toca esperar.
Toca rodaje. Toca esperar.
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