30 septiembre, 2012

J-Phonic K2 SP, un dos vías con muchas estrellas

Después de varios meses de baja actividad en el blog, vuelvo a retomar mis reseñas (espero no haberme oxidado). Y lo hago con un auricular del tipo intracanal elaborado íntegramente en Japón: el J-Phonic K2 SP, de Sensaphonics Japan.

El K2 es un auricular de dos vías, en armadura balanceada (BA), sin cable reemplazable pero con una calidad de construcción y unas prestaciones sonoras más que notables.

Para mi no compite, sinó, en el mismo campo de batalla que el Shure SE535 o el Audeo Phonak PFE 232, para muchos toda una referencia en la actualidad, pero también planta cara a los de tres vías como son el Westone 3 o el Earsonics SM3.

Y compite contra todos ellos por muchos motivos, no sólamente en el aspecto estrictamente sonoro: posee una gran confortabilidad y ajuste a la cavidad auditiva, un buen diseño, excelente cableado y, sí, una respuesta sonora muy coherente, sobretodo transparente, aunque no exenta de algún exceso que explicaré a continuación.

Así que ponte cómodo porque hay mucho texto que leer. Y recuerda, como siempre, que ésta no es más que una opinión sin ningún rigor científico y que como tal hay que tomarla.

Cuestiones previas

Hasta finales de 2011, la única manera de conseguir el J-Phonic K2 era desde su web, que estaba desarrollada para el mercado japonés y para el mercado internacional. Pero desde hace ya muchos meses, la parte internacional está desactivada y desconozco si es por algún problema técnico o más bien porque prefieren orientar sus ventas al mercado nacional japonés. No he tenido respuesta cuando les he preguntado.

De todas formas, y con la esperanza de que vuelvan a impulsarla, explicaré brevemente cómo en su día hice el pedido del K2 porque ciertamente es curioso porque no es lo habitual.


Desde la web se podía configurar el K2 a la carta, tal cual, seleccionando diferentes combinaciones según los gustos y preferencias de cada cual sin que ello implicara una variación del precio final. A saber:

  • Versión del J-Phonic K2: existen dos versiones, la SP  o Stage Performance que, con un sonido más equilibrado y natural, está dirigida al mercado profesional (músicos o profesionales del audio) y la MX o Music Extreme, más radical, orientada a un público menos purista, para entendernos.
  • Color de la carcasa: a elegir entre ocho opciones
  • Longitud del cable: a elegir entre 45, 60 o 95 cms de largo
  • Conector o jack: a elegir con terminación en L o recta
  • Esponjillas Comply: a elegir entre grises o negras (dos pares de pequeñas, medias y grandes)
  • Caja de protección: de plástico duro, con cierre, a elegir entre dos tamaños   

Como digo, cualquier combinación tenía el mismo precio final.

Ahora las especificaciones técnicas:

  • Driver: doble transductor en armadura balanceada
  • Jack de conexión: 3.5 mm
  • Respuesta de frecuencia: 20-16,000Hz
  • Impedancia: 27 ohms
  • Sensibilidad: 109 dB 

Cabe decir que no he encontrado problemas para mover el K2 desde una fuente portátil como el Cowon J3, Sandisk Fuze v2 o desde el Sony NWZ-A829.

Accesorios, acabados y confortabilidad

El K2 no trae muchos más accesorios que los mencionados anteriormente. Falta mencionar el cepillo limpiador de cera y un clip para sujetar el cable a la ropa como complementos incluidos.


Sí que echo de menos una funda ligera, de piel o similar, algo como la que trae el Vsonic GR07 MK2 porque lo de ir cargando con la caja de plástico rígido desde luego que práctico no es precisamente.

Los acabados son muy buenos. Todo es suavidad, buen tacto y delicadeza -que no fragilidad- tanto en la carcasa como en el cable. Sin embargo, un refuerzo más consistente en la zona por donde sale el cable de la carcasa me hubiera tranquilizado más aunque no necesariamente con el acabado tan prominente del SE535 sino que bastaría con el que trae el Earsonics SM3 o el Westone 3.  


La carcasa es pequeña y ligera. Apenas es como una almendra de grande.

El apéndice del auricular no es liso como en los tres vías sino con dos aros que ayudan a fijar mejor la esponjilla para que no se salga. Es un detalle que no acostumbro a tenerlo en cuenta pero que hay que pensar en ello sobretodo si utilizas el auricular para hacer deporte: al humedecerse la esponjilla por el sudor, es fácil que se salga o que se te quede dentro de la cavidad auditiva al sacar el auricular.


Es bastante plana, mucho más que un Westone 3 y ni punto de comparación con la del SE535 o el UM2, que son mucho más robustas y voluminosas.


La del Earsonics SM3 incluso radicalmente diferente por su diseño anguloso.


Desde J-Phonic me comentaron, en su día, que el Ministerio de Comercio y Tecnología japonés les había otorgado un premio "al mejor diseño" por el K2 aunque aún no habían podido actualizar la web para publicitarlo. Es un mero dato.


El cable es liso hasta la Y. Contiene un macarrón de plástico moldeado y adherido al cable para que quede fijado por encima y tras la oreja y no se salga. Es una solución que me gusta mucho más que los accesorios de plástico rígido de quita y pon que traen otros auriculares como el Sennheiser IE8 o el Audeo Phonak PFE 232 que acabo por no utilizarlos porque me resultan aparatosos y muy molestos.

De la Y hasta el jack macho de 3,5 mm, todo el cable está trenzado como en los Westone y Earsonics. Es un cable más consistente, rígido y grueso, casi el doble de ancho que el del Westone 3. De todos los cables de este tipo que he usado en auriculares, éste es el que mejores sensaciones de durabilidad y resistencia me transmite.


Por cierto, el cable no es reemplazable. Para mi es un buena noticia, como ya he dicho varias veces en este blog. Algunos podrán ver en la posibilidad de reemplazo una seguridad en caso de rotura pero yo lo veo más como una posible fuente de problemas: cuantos menos conectores, menos posibilidad de que falle.

Las microfonías brillan por su ausencia en el J-Phonic K2. Ni rastro. Y no me hace falta usar la pinza de sujeción a la ropa para evitarlas.

Sobre la confortabilidad del K2 sólo tengo buenas palabras para describirlo.

Esa carcasa tan peculiar junto al suave tacto hacen que el ajuste a la cavidad sea muy bueno. No requiere de una introducción profunda ni forzada en la cavidad para conseguir un buen equilibrio entre confortabilidad y calidad sonora.

Respecto al Westone 3, por ejemplo, con un formato de carcasa más grueso y redondeado, percibo más el contacto con la piel mientras que en el K2 queda más en el aire y, en consecuencia, la sensación de contacto es ligeramente menor. En cualquier de ambos casos, el auricular queda bien encajado y difícilmente se saldrá con el simple movimiento de la cabeza.

Por último, en cuanto al aislamiento del ruido exterior, está a la altura de los Westone, Earsonics y Shure: usando las Comply es fácil mantenerse relativamente alejado de los ruidos para hacer una escucha tranquila y sin distracciones.

Cuestiones sonoras

He tomado como referencia varios auriculares: Shure SE535, Earsonics SM3, Westone 3 y Etymotic ER-4P.

 
Con todos ellos guarda ciertos parecidos, unos más cercanos y otros casi tangenciales dentro de los armadura balanceada. Pero si con uno tiene más cosas en común seguramente es con el Etymotic ER-4P aunque también es cierto que con el Westone 3 puedo encontrar algunas complicidades.


Tomaré todos estos auriculares como meras referencias, en breves pinceladas, en lugar de un análisis concienzudo de cada uno.

Como fuente he usado el PC al que tengo conectado, por USB, el HeadRoom Ultra Desktop Amp, con dos salidas de audio. El K2 lo muevo bastante bien desde cualquiera de mis reproductores portátiles (Sandisk, Cowon, Sony) pero creo, sinceramente, que se le saca mayor partido al pasarlo por un amplificador.

En cuanto a la discografía, no he usado nada que no suela escuchar normalmente: folk, acústico, rock, jazz electrónico, pop, un poco de electrónica y algo de drum&bass. Entre otros: Feist, Bugge Westeltoft, Eva Cassidy, Ola Kvernberg, Miles Davis, Beady Belle, The Walkmen, Mocky, Coldplay, The Feelies, Lhasa, Sharon Von Etten, Lana del Rey, Kings of Convenience, Ben Harper, Barrington Levy, etc. Buena música.

Antes de entrar en el meollo de la cuestión ten en cuenta que, para simplificar, allí donde veas K2 debe entenderse, en todo momento, que me refiero a la versión Stage Perfomance (SP), que es la única que he probado.

En el aspecto puramente sonoro destaco tres elementos del J-Phonic K2: gran transpariencia, sonido que tiende a neutral aunque con una gran carga de agudos.


Seguramente de todos los intracanales que he probado hasta ahora, sólo en el Grado GR10 de driver dinámico podría encontrar su equivalente en cuanto a transpariencia. Quizás también en el Etymotic ER-4P pero éste con un agudo más cálido y un poco menos de definición.

El K2 es transparente. Quizás impresionantemente transparente, técnicamente puro pero no emocionalmente adictivo, no por lo menos como transmite el GR10 que tiene un algo cautivador difícilmente explicable.

Es un sonido sin velos, limpio de polvo y paja, un sonido realmente cristalino en donde cada detalle fácilmente se hace visible, para lo bueno y para lo malo.

Desde el grave, que está sin estar, etéreo, de esos que se intuyen a ratos y en otros martillean el tímpano con una fuerza, nitidez y velocidad inusitada junto a un ligero punto de cremosidad, pasando por un medio que no levanta pasiones -creo yo- por su escasa mordiente pero que es correcto, coherente y para nada velado o recedido, hasta llegar a un agudo que aporta mucha información aunque no en la misma cantidad que brillo, mucho a menudo y muchísimo, demasiado, en otros pocos momentos, todo conforma un escenario en donde las cosas se van sucediendo con frescura descarnada, casi exenta de sentimiento, más cerca de lo real, por exceso, que de lo que puedo intuir o soportar, por azucarado.

Esa transpariencia viene acompañada de sonido que tiende a neutral. Básicamente equilibrado en graves y medios y más incisivo en agudos donde, siempre en función del tema musical del momento, puede resultar altamente molesto para oídos acostumbrados a sonidos relajados. Aquellos que no encajen con las prominencias de los Grado y AKG quizás mejor que orienten sus pasos hacia caminos ya explorados.

Me gusta ese grave tan volátil. No tiene la deliciosa amortiguación, el rebote, del Shure SE535 pero está muy bien texturizado. Es un grave poco invasivo y muy definido, que muestra lo que hay y no inventa lo que no: aparece cuando toca aparecer.

Es un gran compañero de viaje para casi todo: muy agradecido para la electrónica del jazz de Bugge Wesseltoft o Beady Belle pero también una buena comparsa en el Wipping boy de Ben Harper, el Fightin' Away the Tears de Mocky, cualquiera de las delicias más folkeras y acústicas de Feist. Sorprende con el electrónico Temperamental de Everything but the girl o el It could be sweet de Portishead: vaya, vaya cómo pega ese grave. Incluso con el rockero Interpol también tiene más luces que sombras.


En este sentido, el K2 estaría más cercano a la respuesta del Westone 3, por velocidad y detalle, aunque vendría a ser una versión menos sobredimensionada, más analítica y elegante para mantener la coherencia aunque a costa de un poco de pegada y densidad. Vamos, que sería un ER-4P con un poco más de pegada.

Tanto el SE535 como el SM3 ofrecen una respuesta más oscura y menos definida que los anteriores. El SM3 seguramente aporta más definición que el Shure pero sigue resultándome oscuro, sobretodo respecto el K2.


El K2 no es un auricular especialmente rockero pero se difiende muy bien. Su rango medio no tiene ese sonido crujiente de las guitarras que tiene sobretodo un Grado -quizás el SE535 también pero menos- ni esas voces rotas, desgarradoras, que llegan muy adentro. En cambio sí transmite mucho detalle y frescura, una respuesta muy correcta y disfrutable pero no tan adelantada ni tan en la frente como en el SE535.

La zona media de un Westone 3 queda más atenuada seguramente por la excesiva carga de graves. En el Earsonics SM3, en cambio, la transición es más progresiva, como pasa en el K2, aunque sigue esa tendencia bajista del Westone 3 que acaba por dar la sensación de oscuridad, por la de luz en el K2.


Si en bajas y medias frecuencias apenas puedo destacar nada negativo del K2, por ser ya excelente para mi gusto, en la zona de agudos sí podría encontrarle algún pequeño defecto. O más que defecto, es algo que debemos tener en cuenta: el K2 merodea los límites de lo que el oído humano, al menos el mío, puede soportar.

El K2 estaría en la onda del Westone 3 por tener un agudo brillante, con buen detalle, pero no tan agresivo. El del Westone 3 suena más metálico e incisivo por un mejor control, extensión y articulación del K2 pero ambos se alejan del sonido cálido del dinámico Sennheiser IE8 o los SE535 o SM3.

No es difícil que las sibilancias hagan acto de presencia -como en el Westone 3- y desde luego que tanto el SE535 como el SM3, sobretodo, resuelven este exceso con una respuesta en agudos más atenuada.

Incluso el Etymotic ER-4P, con un perfil sonoro más relajado que el K2 pero muy similar, también proporcionará unas buenas audiciones con una respuesta más cálida en agudos aunque más brillante que el SM3.


Yo me inclino más por la respuesta en agudos del K2/Westone 3. Me gusta una respuesta lo suficientemente brillante como para no tener la sensación de que se pierde información y detalle por el camino. Puedo pasar un rato con el SM3, con mayor control, pero me acaba faltando ese punto agresivo. Eso tiene un precio -en forma de sibilancia y, en consecuencia, de agotamiento- que no todo el mundo está dispuesto a asumir.

En general no supondrá una molestia y la escucha se desarrollará con normalidad en la mayoría de las veces, será muy disfrutable, pero cuando se dé el caso que el masterizado, la fuente o amplificador muestren alguna deficiencia, el K2 no lo pasará por alto. Quizás unos retoques a la baja en la ecualización podrían disimularlo con el fin de hacerlo más digerible a oídos sensibles a las altas frecuencias.

Por último, sin ser un auricular con una presentación espacial abierta y envolvente, sí lo es más que un Westone 3, con impacto más directo y cercano; menos que el Shure SE535, seguramente el intracanal universal de armadura balanceada con el escenario sonoro más envolvente de los que he probado; también un poco menos envolvente que el SM3 y muy a la par del ER-4P.

Las últimas palabras

Quien busque un sonido cálido tendrá en el Westone 3, el Earsonics SM3 o el Shure SE535 unas buenas alternativas.

El Westone le aportará mayor dosis de diversión pero pagando el peaje de un sonido algo pasadito y descompensado mientras que el SM3 es más equilibrado pero a ratos falto de chispa, para mi gusto.

El Shure SE535 nos proporcionará muchas horas de diversión. Con un grave algo inflado y no tan definido como los anteriores, un medio más adelantado y un agudo que aporta detalle pero no brillo, las horas pasarán y no tendrás muchas ganas de sacarte el auricular de la oreja si no es por una cuestión de confortabilidad.

Sin embargo, quien busque un perfil más analítico tiene en el ER-4P y el J-Phonic K2 dos buenos exponentes. El ER-4P representa la elegancia sonora, sin excesos, con buen detalle y un equilibrio en todo el rango de frecuencia muy logrado. Es bastante incómodo pero continúa siendo una buena opción a día de hoy.

El K2 es la full version del ER-4P, la versión sin recortes ni limitaciones, más disfrutable, con más grave y más agudos, todo bajo una transpariencia remarcada. Lo hace casi todo bien, para mi gusto, teniendo en cuenta que se trata de la versión Stage Perfomance, un auricular más técnico que musical. Es un buen complemento a auriculares más cálidos, como los mencionados más arriba, pero hay que tener en cuenta que su agudo incisivo puede incomodar a más de uno.

Teniendo ésto en cuenta, las horas de disfrute se irán sucediendo con el K2 y cuando vuelvas a los otros auriculares con respuesta más cálida no tengo dudas de que pensarás que les falta algo: el sonido sin velos del K2. Su frescura.

[Actualización, 17/04/2017] Añado el enlace a la reseña del Grado GR10.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Tienen buena pinta para los amantes de la definición.

Yo he tenido unos CX300-II, UM2, UM3.. y al final opté por sacrificar el detalle de los UM3 por ganar en emoción y especialmente en bajos de los Dual Driver. Cuando busco claridad cristalina no es en la calle.

Amo la fuerza y el impacto que no embrutezcan el resto de frecuencias y por eso estoy pensando en ir a por los Senn ie80...

Anónimo dijo...

Hey y como los compraste, ya que estoy muy entuciasmado por ellos y no encuentro la forma de comprarlos :(

Blogoblo dijo...

Lo compré en su web, directamente. Pregunta a Sensaphonic, a ver qué te dicen.