Shure SE530 PTH: virtus in medio est

Estoy convencido que más de uno y de dos se habrán preguntado muchas veces cuál es la diferencia real entre el UM2 y el SE530 PTH, que justifiquen de alguna manera esos casi doscientos dólares de diferencia en dos auriculares aparentemente similares. Yo también me la he hecho unas cuantas veces y ahora intuyo -aún le faltan muchas horas de vuelo- el porqué de esa diferencia.

Lo primero que destacaría del Shure SE530 PTH es la presentación del producto en si mismo. Viendo las cajas -que aún conservo- de los Westone o los UE Super.Fi 5 Pro me esperaba de los Shure una caja similar, sin grandes lujos y de unas dimensiones parecidas.

Pero al recibir el paquete, me he llevado una sorpresa muy agradable al descubrir lo pequeña y cuidada presentación del casi cubo en donde viene ese Shure SE530 PTH. Bonita presentación.

En esa caja de aluminio de dos piezas encontrarás un pequeño paquete que se abre como si de una rosa se tratara y en la que, encajados perfectamente, aguardan el PTH (Push To Hear) y el auricular SE530 en un soporte esponjoso. Y justo debajo de esa primera capa tenemos la bolsa de tela en donde podremos guardar y llevar con nosotros tanto el auricular como los accesorios.

Hablando de accesorios, el SE530 trae de todo: desde tres pares -en tres tallas: pequeña, media, grande- de las esponjas negras blandas hasta otros tres pares, también en las tres tallas, de los tapones de silicona, un par de fundas triple banda, pasando por el adaptador para aviones, el atenuador de sonido, el PTH, un par de cables de unos 20 y 90 centímetros para conectar el PTH al sistema de audio portátil, una pila para el PTH y el adaptador 1/4". De todo, como digo, incluso superando al ya generoso Super.Fi 5 Pro.

El PTH, o Push To Hear (algo así como pulsar para escuchar) es un soporte intermedio, un accesorio opcional, que se coloca entre el reproductor y el auricular y que, gracias al micrófono que incorpora, te permite, sin tener que sacarte los auriculares del oído, escuchar a la persona que te habla y mantener una conversación con cierta naturalidad. Así nos ahorramos la molestia de sacarnos y colocarnos nuevamente el auricular.

Micrófono y PTH, que incluye control de volumen y activación/desactivación del micrófono.

El cable del SE530 está dividido en dos cables independientes, con el fin de poder conectar, si así se desea, el PTH. Así que, por un lado, tenemos el cable del auricular (macho), de unos 45 cms y, por el otro, un segundo cable de unos 95 cms (macho y hembra), que acaban estirando el Shure hasta casi el metro y medio de punta a punta. Un cable larguísimo, como ves, que te permite llevar el reproductor en el bolsillo o, incluso, en una mochila, sin que se den tirones por la tensión del cable.

Estos dos cables son complementarios, es decir, que el cable del auricular, el de 45 cms, puede conectarse directamente al reproductor sin necesidad del otro cable.

El cable del Shure SE530 es más grueso que el del Westone UM2, dando una mayor confianza y seguridad ante posibles tirones sin querer, pero mucho más maleable que el UE que acaba siendo una lata al tener una parte más rígida justo en la zona de los auriculares, con el fin de fijarlos a la oreja. Al final, esa rigidez del UE acaba siendo una molestia incluso a la hora de guardarlos en la caja.

Otra de las cosas buenas que aporta este Shure, en cuanto al cable, es por cómo va colocado.

El cable que sale del mismo auricular está dividido en dos, con lo que te permite colocártelo como si fuera un collar, de delante a atrás y con la cabeza por medio, entre los dos cables. Luego, una vez colocado, sólo hay que pasar los auriculares de atrás a delante, por encima de la oreja.

Ésto te permite llevarlo siempre encima, sin temor a que se extravíe y siendo conocedor de que, en cualquier momento y muy discretamente, puedes colocarte de nuevo los auriculares sin levantar la más mínima sospecha y sin tener que hacer todo el ritual de conectar todos los cables entre sí y al reproductor que, además de llevar su tiempo este ritual, es una molestia porque yo siempre paso todos los cables por debajo de la ropa, así que imagina todo el proceso repetido cinco o seis veces al día, como mínimo. Para mi es una grandísimo acierto que redunda directamente en la comodidad y versatilidad de uso.

Entrando ya en el meollo de la cuestión, el sonido, lo idóneo es tener algún otro auricular con el que compararlo y poder encontrar las siete diferencias, si es que las hay. Afortunadamente, dispongo de dos excelentes auriculares in-ear con los que poder comparar el Shure: el Westone UM2 y el Ultimate Ears Super.Fi 5 Pro.

Con un simple vistazo puedes ver que pocos parecidos tienen el Super.Fi 5 Pro y el SE530. Ninguno, vamos. Los dos son robustos pero el UE tiene formas más angulosas que inciden, directa y negativamente, para mi gusto, en la comodidad.

Sin embargo, tanto el UM2 como el SE530 guardan un parecido más que razonable. Son casi calcados, de hecho, con unos pequeños detalles: mientras el UM2 es más plano por sus laterales, el SE530 es más rechoncho, más voluminoso. Pero es us esencia, en el primer golpe de vista, los parecidos son importantes.

En cuanto a comodidad, sin ninguna duda el SE530 y el UM2 se llevan la palma. El primero, con los tapones blandos que trae de serie -los únicos que he probado hasta ahora- y el otro, el Westone, con los tribanda, ofrecen una comodidad enorme. Puedes tenerlos colocados en la cavidad auditiva durante mucho rato y apenas notar que los llevas puestos. Además, su ergonomía permite el ajuste perfecto dentro de la oreja y eso mismo contribuye a que el auricular no se mueva de su posición aunque gires la cabeza.

Sin embargo, en el UE este aspecto es precisamente el menos cuidado de todos y tras unos minutos, ya no digo horas, con los Super.Fi 5 Pro colocados en la oreja, las molestias empiezan a ser muy importantes. Éste es, sin duda alguna, el gran problema de los Super.Fi 5 Pro: que son poco confortables.

Retomando el tema del audio, si bien los tres auriculares ofrecen una calidad acústica indiscutible, en términos generales, unos y otros destacan en parcelas más específicas en el rango de frecuencias. Al menos, éso es vox populi y que yo corroboro, aunque con puntualizaciones.

Porque teóricamente, el UE lo borda en el tramo alto de las frecuencias, el Shure en el medio y el Westone por abajo. Esa es la creencia, creo yo. Y es cierto, sí, pero también es cierto que el UE se desenvuelve magníficamente en los medios y, sobretodo, con los graves, aunque pecan de demasiado profundos -siempre según mis gustos; que con el Westone también se consigue, tocando la ecualización del reproductor, una excelente respuesta en esas frecuencias que no son precisamente su punto fuerte, como son los medios y agudos; y que el Shure, siempre valedor de esa fama de excelencia en las frecuencias medias, entrega un sonido limpio, absolutamente cristalino por arriba y una contundencia por abajo que es más de lo que esperaba (en el recuerdo aún guardo los bajos tan pobres del E3C).

Mis primeras impresiones con el Shure es que lo hace todo muy bien. Que ofrece una claridad asombrosa en todo el rango de frecuencias, destacando sobremanera la pureza de las guitarras o los detalles impecables en la voz de los cantantes, con un sonido más espacial, que lo llena todo y permite distinguir perfectamente todos los sonidos, vengan de donde vengan, desarrollando unos bajos que trabajan de forma estupenda, en un sonido que fusiona lo mejor de los UE y el grave depurado de los UM2.

No echo de menos nada; el sonido es perfecto, limpio, cristalino. No cojea por ninguna parte y forma un tándem perfecto junto al iAudio 7 y mi discografía en flac. ¡Quien lo iba a decir!

Si bien al principio, muy al principio, pude llegar a pensar que en las frecuencias bajas el UM2 ganaba la partida, ahora creo que andan muy a la par. Quizás un poquito mejor el Westone, por una mayor nitidez -ya es una cuestión puramente subjetiva y de gustos- pero el sonido tan equilibrado y excelente en todo el rango de frecuencias del Shure supera, ahora ya lo digo con la boca grande, al Westone.

De alguna manera se tenía que justificar casi el doble de dólares del SE530 respecto al UM2. Ahora lo entiendo: es puro virtuosismo.

[Actualización, 24/02/2008] Todas las pruebas de sonido las he realizado con los siguientes parámetros de la ecualización: BBE (1), Match3Bass (8), MP Enchance (Off), EQ 80 hrz (12), EQ 220 hrz (-8), EQ 780 (0), EQ 3.0 k (4), 13 k (0). Todos los valores de la EQ oscilan entre un rango de (-12) y (+12). El resto de parámetros que aquí no aparecen están a cero.

La música que he utilizado es: The Sound, The House of Love, Cat Power.

[Actualización, 28/02/2008] Quiero puntualizar una cosa: al comparar con más detenimiento los SE530 con los UM2, me quedo con un sabor agridulce afirmando tan categóricamente que el SE530 suena mejor. Quizás sea así -eso lo dirá el tiempo, con muchas más horas de uso- pero llegados a este punto de calidad, seguramente la diferencia no es tan gigantesca como para que sí se de esa diferencia tan bestia en el precio. Vamos, que si tienes un UM2 y lo conectas a un buen reproductor con buenas EQ, vas a disfrutar igualmente de la música que con el SE530. Será un cuestión de matices, de preferencias personales, lo que te acercará más al sonido Shure o al sonido Westone. Aunque este Shure es una gozada de principio a fin.

[Actualización, 07/03/2008] En el apartado Accesorios, aporto unas observaciones sobre el cableado del Shure.